domingo, 8 de mayo de 2011

Lenceria

Hoy, Azul se dispuso a ordenar el armario, es bastante despreocupada a la hora de mantener el orden, tal vez porque, al verse obligada a ordenarlo, esto le permite hacer un recuento y poder contemplar la ropa que tanto le gusta ponerse, dos camisas, chaquetas, faldas, pantalones estampados y de cuero, todo un amalgama que cuando las lleva puestas estampa su personalidad, pero tal vez lo que más llame la atención sea su ropa interior, los calcetines desemparejados, cada uno de un color, y varios exquisitos conjuntos que dejan ver transparencias allá donde son puestos.

Fue entonces cuando a Azul se le vino a la mente un libro que leyó hace mucho tiempo, tanto que ni su nombre recuerda, tan solo a uno de los personajes, la amiga de la protagonista, la cual en un capitulo hablaba sobre como en su armario abundaba fina lencería llena de encajes y diversos estampados, perfectamente ordenados y en conjunto, sin embargo, no los usaba para "exhibirlos" a nadie, solo por el mero hecho de tener ropa interior bonita, y fue cuando, y solamente entonces cuando Azul pensó que quería ser como esa chica.

Azul volvió a recordar aquel deseo de antaño, y un escalofrío le recorrió la espalda.

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