domingo, 31 de mayo de 2009

compañera usted sabe...



Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.

Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti.

martes, 19 de mayo de 2009

D.E.P. Mario Benedetti


Hombre que mira la luna

Es decir la miraba porque ella
se ocultó tras el biombo de nubes
y todo porque muchos amantes de este mundo
le dieron sutilmente el olivo

con su brillo reticente la luna
durante siglos consiguió transformar
el vientre amor en garufa cursilínea
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli

cuando los amantes ricos la miraban
desde sus tedios y sus pabellones
satelizaba de lo lindo y oía
que la luna era un fenómeno cultural

pero si los amantes pobres la contemplaban
desde su ansiedad o desde sus hambrunas
entonces la menguante entornaba los ojos
porque tanta miseria no era para ella

hasta que una noche casualmente de luna
con murciélagos suaves con fantasmas y todo
esos amantes pobres se miraron a dúo
dijeron no va más al carajo selene

se fueron a su cama de sábanas gastadas
con acre olor a sexo deslunado
su camanido de crujiente vaivén

y libres para siempre de la luna lunática
fornicaron al fin como dios manda
o mejor dicho como dios sugiere.

Mario Benedetti

jueves, 7 de mayo de 2009

mermelada



“Estoy segura de que te contrataría a ti con mucho gusto”, aseguró la Reina Blanca, “A dos reales la semana y mermelada un día sí y otro no”.

Alicia no pudo evitar la risa al oír esto, y le contestó. “No me gusta tanto la mermelada”

“¡Ah! Pues es una mermelada excelente” insistió la Reina.

“En todo caso hoy no me apetece nada”.

“Hoy es cuando no podrías tenerla ni aunque te apeteciera”, atajó la Reina “La regla es: Mermelada mañana y ayer… pero nunca hoy”.

“Alguna vez tendrá que tocar mermelada hoy”, objetó Alicia.

“No, no puede ser “, refutó la Reina, “Ha de ser mermelada un día sí y otro no, y hoy nunca puede ser otro día ¿No es cierto?”

Alicia a través del espejo-Lewis Carrol